
A Francia, los cambios le salvaron de una oleada de silbidos del Stade De France. Laurent Blanc acertó con las
entradas de Remy, Gourcuff y Payer que le dieron oxigeno y más ideas a una selección francesa que comenzó con una muy buena intención de buscar él gol frente a una Rumania que lo esperó atrás en casi todo el juego. El centrocampo de Alou Diarra, Nasri, M'Vila y Valbuena funcionó a la perfección, sin problemas para desplegar un juego colectivo con numerosos lujos individuales de algunos. El problema surgió a la hora del momento crucial para encarar al gol. A los franceses les costaba llegar con facilidad al area contra una defensa rumana con cerrojo bien duro gracias a Chivu y Matas, los dos mejores marcadores centrales de la selección rumana. Y sumando que él arquero Pantelimon sacó unas pelotas increibles haciendo que él gol local sea un objetivo imposible y convirtiendose en la figura. Hasta los visitantes llegaron a asustar con remate al palo de Marica.


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